jueves, 8 de noviembre de 2007

Entre la mafia y Fidel Castro






LAS PREGUNTAS OBLIGADAS: ¿qué piensa la gente acerca de Fidel Castro, su gobierno, el embargo impuesto por Estados Unidos, y qué sucederá cuando el comandante deje de serlo? No son preguntas fáciles, sobre todo la concerniente al futuro del sistema político cubano después de Castro. Lo que sí puedo afirmar es que, en términos generales, la gente común y corriente —la que anda en la calle— apoya la revolución sin ambages. De entre las personas con quienes tuve tratos en la isla, nadie deseaba volver a los “días felices” (para Estados Unidos) cuando Cuba era un parque de diversiones regenteada por la mafia gringa para el disfrute de unos cuantos mientras la vasta mayoría de la población vivía infrahumanamente. Eso sí: en tiempos de Fulgencio Batista había una clase media más bien culta, de buen nivel académico y profesional, pero predominaba lo otro, y una represión brutal en contra de quien se opusiera al régimen.

Pero la elección no es entre una Cuba eternamente aislada de la comunidad global y otra como neocolonia regida por los intereses norteamericanos. Por un lado, su aislamiento político y económico es más voluntario que producto del embargo de Estados Unidos. Aunque éste pesa mucho, tiende a favorecer a la permanencia de Castro en el poder. Mientras Estados Unidos siga montado en su macho —para dar gusto a los cubanos de Miami—, la gente seguirá apoyando al régimen que se opone al gobierno de Washington, el cual considera injusto y hasta criminal. Prefiere la escasez a la capitulación. Mediante mis conversaciones con los isleños, llegué a entender que si hubiera relaciones normales, no habría mayor problema con los gringos.

La incógnita está en cómo preservar la independencia política de Cuba sin mantener el aislamiento, cómo lograr la apertura sin que el capitalismo salvaje asiente sus reales y vuelva a hacer de las suyas allí. En este momento, muy poco funciona bien en Cuba. La economía está en un momento crítico. Falta casi todo. Me parece necesario y urgente que fluyan capitales hacia la isla para resucitar el potencial tremendo que tiene, y el tesoro humano que allí vive: una población mayormente sana, con un nivel excelente de alfabetización. Además, la isla ni está súper poblada ni le falta gente: tiene 13 millones de personas. Son 13 millones que esperan el momento de mejorar su suerte. Pero entre la rigidez local y la estupidez que parece gobernar la política exterior de Estados Unidos, nadie está haciendo apuestas. Por lo menos en público…

2 comentarios:

Rowena Bali dijo...

Querido Sandro:
¡Bien por tu blog!
Me parece muy oportuno esto que apuntas con respecto a la "gente que anda en la calle". La gente en Cuba sabe que cuenta con una de las redes de salud más eficientes de Latinoamérica, con médicos de alto nivel internacional, acceso a la educación, a la vivienda, al trabajo y a la alimentación. Pero hay un sector más o menos nutrido de jóvenes que están enamorados de las inalcanzables mercancías
-yanquis y de otras nacionalidades-que se venden en las tiendas exclusivas para turistas, parece una banalidad y lo es, pero este aspecto conforma una de las inconformidades más generalizadas en Cuba, además del desabasto de combustible y la falta de variedad de productos en el mercado. Yo tengo familiares de distintas edades por allá -soy mitad cubana- y ellos han rechazado la posibilidad de salir del país mientras "El caballo" siga con vida.
Rowena Bali

Unknown dijo...

En los últimos días he estado leyendo con gran pasión sus postales sobre Cuba. Mi novio fue a tomar un cursito de fotografía por aquellos lados caribeños y en todo lo que usted expone sobre el sistema político cubano, él me lo ha transmitido de la misma forma, así que dejaré de pensar en la falsa opresión en la viven los cubanos producto de una "monarquía" castrista que Estados Unidos nos ha impuesto por muchos años.
Por cierto, qué buen fotógrafo, además de escritor, es usted. Me han gustado mucho sus imágenes sobre Cuba.